La influencia dictatorial de Ortega en Centroamérica

Daniel Ortega llegó al poder en Nicaragua primero por las armas, tras el triunfo de la revolución sandinista que gobernó el país centroamericano durante una década.

La segunda vez, a través de pactos que le facilitaron una presidencia con menos de la mitad del voto popular. Una vez en el poder se encargó de asegurar su posición, desmanteló la mínima institucionalidad construida en 16 años de gobiernos democráticos y cuando su mandato fue desafiado por la ciudadanía en 2018, respondió por la fuerza.

Centroamérica no ha tomado esta historia como una advertencia. Al contrario, pareciera que los líderes de la región encuentran en Ortega un modelo a seguir, aunque no lo quieran admitir. Desde hace un par de años los analistas y expertos notan un patrón: la orteguización de Centroamérica.